En una iniciativa inédita, las comunidades tradicionales y los agricultores, se unirán a través de la Iniciativa de Conocimiento de Adaptación de Tierras Secas (Dryland Adaptation Knowledge Initiative: Daki, por su sigla en Inglés).
El proyecto anclará sus acciones en el Chaco argentino, en el noreste de Brasil, y en la parte del corredor seco de El Salvador. Será financiado por el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA), un organismo de financiación vinculado por las Naciones Unidas dirigido a las poblaciones rurales.
Durante cuatro años, la iniciativa identificará y sistematizará las prácticas exitosas de agricultura resiliente al clima (ARC) que amplíen o promuevan la resiliencia climática entre las poblaciones rurales para luego sistematizarlas y registrarlas. Se capacitarán a técnicos y agricultores para que impulsen y guíen la transición de un sistema agrícola convencional a un sistema resiliente al clima. Además de las alianzas con las organizaciones, este proyecto tiene alianzas con universidades y centros de investigación.
El Daki Semiárido Vivo, fue articulado por dos redes que operan en las zonas secas del continente: la Articulación Semiárida Brasileña (ASA) y la Plataforma Semiárida. En cada país involucrado en el proyecto, una organización de la sociedad civil ancla su implementación. En Brasil, el Programa de Asociación Un Millón de Cisternas (AP1MC), responsable de la gestión física y financiera de las acciones de ASA. En Argentina, la Fundación para el Desarrollo de la Justicia y la Paz (Fundapaz) y, en El Salvador, la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde).