Mujeres que luchan por la Tierra en Salta

Fundación Plurales realizó, para la Plataforma de Defensoras Ambientales, un informe sobre el caso de Lucía Ruiz, procesada varias veces por parar topadoras, y que ha perdido a compañeres por defender su territorio y sus bienes naturales.

Esta publicación es parte de una serie de informes que elaboró Fundación Plurales con el apoyo de RITIMO (red de información y documentación para la solidaridad y el desarrollo sostenible de Francia), Unión Europea, Both Ends, IUCN-NL y la International Land Coalition. Están disponibles online en la web de RITIMO y en formato descargable para impresión en el sitio de la Plataforma de Defensoras Ambientales.

Lucia Ruiz, integrante de la Mesa provincial de agua de Salta (Argentina), presidenta de la Organización Unión y Progreso de Coronel Juan Solá, Salta y Defensora de Derechos Humanos y Ambientales, fue citada nuevamente, ante el Tribunal de Juicio Sala II de Tartagal denunciada por “robo despoblado y en banda coacción con armas y daños en concurso real en perjuicio de Arturo Bernardo Castellano”. Estas acusaciones falsas son consecuencia de defender el derecho a habitar, trabajar y ser respetada como dueñes de las tierras en las que ancestralmente viven ella y les campesines de la Ruta 81, en el Departamento Rivadavia.

Recordamos que la dirigente campesina denunció y detuvo los desmontes ilegales y los desalojos de la empresa de Javier Vidizzoni en el año 2010. Ella, junto a dirigentes de organizaciones campesinas de Rivadavia Banda Norte defendieron su derecho reconocido por el Código Civil a la propiedad por la posesión y ánimo de dueño de varias generaciones. Desde ese momento, fue denunciada por empleados de la empresa y comenzó a sufrir amenazas, persecución judicial y hostigamiento. El 27, 28 y 31 de mayo será llevada a juicio oral y público.

Contexto

En las últimas décadas el modelo extractivista se ha profundizado en América Latina, dando lugar a una mayor expulsión de comunidades campesinas e indígenas de sus tierras, siendo las mujeres quienes sufren las mayores consecuencias de esta situación, pues deben afrontar de una forma desproporcionada las cargas del sostenimiento familiar. Por este motivo, se presentan numerosos conflictos por la defensa de la tierra y el territorio que tienen como principales protagonistas a las mujeres campesinas e indígenas.

En Argentina cada año se acentúan los conflictos sociales vinculados a: desalojos por avance de la frontera agropecuaria, contaminación de agua por agroquímicos y por acciones de la megaminería y desmontes. Ante esta situación, los gobiernos – tanto nacional como provinciales – no dan respuesta a las demandas de los perjudicados por estas actividades sino que, al contrario, no sólo incumplen la legislación actual sino que también la han modificado en su detrimento, agudizando aún más la situación descrita.

En su informe “Desterrados: tierra, poder y desigualdad en América Latina”, la OXFAM da cuenta que en Argentina, el 1% de la población concentra el 36% de la tierra. Esta situación agudiza los conflictos ya existentes y trae nuevas dificultades a campesinas e indígenas para el acceso a la tierra: les agricultores familiares deben ejercer presión y desarrollar luchas en defensa de sus derechos.

Defensoras Ambientales: criminalización y estrategias de resistencia

Morillo se encuentra en uno de los departamentos más pobres de Argentina y posee una altísima criminalización de Mujeres que lideran luchas en relación a conflictos por el acceso a la tierra y los recursos naturales con el Estado y privados. En relación al conflicto mencionado, quienes estuvieron al frente de numerosas luchas fueron los miembros de la organización “Unión y Progreso”, perteneciente a la Coordinadora Zonal de Tierras de la Ruta 81 de Salta y, particularmente, la presidenta de dicha organización: Lucía Ruiz.

Ella, junto a compañeras de distintas organizaciones, frenaron en el año 2012 un desmonte en defensa del ambiente y el derecho a la tierra de varias familias campesinas, parándose frente a las máquinas y expulsando a los trabajadores del terrateniente Vidizzoni, con quien desde el año 2009 están en conflicto. A partir de ese momento, comenzó la persecución.

Maria Tolaba, compañera de la organización “Mujeres mejorando el Chaco”, miembro de la Ruta 81, dice: “Luchamos por nuestros derechos resistiendo las distintas medidas judiciales como desalojos, resistimos organizando guardias en las casas y acompañando a las distintas familias que se encontraban más complicadas”.

La principal estrategia en defensa de la tierra fue siempre la visibilización de estas luchas a través de medios de comunicación y las movilizaciones a la capital provincial, permaneciendo junto a las referentes de las organizaciones, convocando a les campesines a formar barreras para evitar los desalojos o la represión ante el avance de las fuerzas de seguridad.

“Se convoca a las organizaciones por la radio y se organiza ir al lugar para acompañar e impedir el desalojo, se para las máquinas o se hace corte de camino para que no lleguen a la casa o campo de quien es objeto de posible desalojo. Además de hacer presencia y rotar en el lugar para que siempre esté acompañada la familia mientras se hacen las denuncias y trámites legales con abogados y se hace mucha difusión mediática. Se busca ayudar de la mejor manera dando contención a la familia. Y buscando los recursos para ayudar a la compañera o compañero. Se brinda seguridad a quien es amenazada, lo hacen desde la mismas organizaciones, es decir somos las mismas compañeras las que hacemos de seguridad”, explica.

Maria destaca también el rol de las mujeres en contextos de resistencias: “Desde el 2011 que se funda la Coordinadora Zonal de Tierra de la Ruta 81 sólo habían 2 mujeres en la mesa en las reuniones, una era Lucía y la otra yo. Actualmente, de las 10 organizaciones campesinas 7 son dirigidas por mujeres, es decir que son mujeres las presidentas de cada organización, de ser minoría pasamos a ser la cara representativa de la lucha campesina por la tierra el agua y el medio ambiente tiene rostro de mujer”.

La lucha de Lucia Ruiz, Defensora Ambiental

Lucía es productora, se encarga de las cabras, vacas y chanchos. Enfrentarse a los terratenientes, a la policía, sacar las topadoras del monte, quedar detenida, sufrir amenazas, perder compañeres, no eran parte de su cotidiano hasta que se convirtió en una de las primeras dirigentes de la comunidad y decidió apoyar a sus compañeres en la lucha por sus tierras y el monte.

Su lucha por el territorio comenzó en el 2009, año en que se creó la organización “Unión y Progreso”. Hasta ese momento, si bien había irregularidades en las titulaciones de la tierra y algunas disputas por diferentes terrenos, nunca había sido tan conflictiva la situación de las tierras y los problemas de desalojos en su zona. Sin embargo, los problemas empezaron no por la titularidad de las tierras, sino por la pérdida del monte debido a la contaminación producto de las petroleras que se instalaron en la zona, como por los desmontes ocasionados por la expansión de la frontera agropecuaria.

Para poder defenderse, en su organización se fueron dando estrategias de seguridad interna como por ejemplo, modificar el estatuto en función de las problemáticas que enfrentan. Es así que se incorporó el tema cuidado del medio ambiente por las acciones de las máquinas petroleras.

Otra cuestión importante fue la capacitación de la organización en temas jurídicos vinculados a tierra y territorio, las instancias legales, juicios, etc. Comprendieron que tenían que capacitarse tanto en lo civil como en lo penal, porque están más expuestas a que desde las empresas y el gobierno las tengan en la mira y criminalicen.

Lucía cuenta que “en el campo nunca pensamos que íbamos a tener estos problemas, nunca pensamos que necesitaríamos un título porque siempre nos sentimos dueños de nuestras tierras, mis padres, mis abuelos y mis antepasados vivieron en estas tierras, y yo siento eso, que no necesito un título para demostrar que soy dueña. Para mi ser campesina es lo mejor, conozco todo y creo que no hay otra manera mejor de vivir que ser campesina, vivir de la naturaleza, de los animales, es sacrificado pero se busca la forma. Lo que sí es difícil, es pensar en los hijos cuando uno va a las luchas por las tierras, por ejemplo nosotros hemos tenido una batalla casi campal en medio del monte con policías, con topadoras, con titulares registrales y a punto de perder la vida o quedar presas. No lo pensé mucho, no pensé en los hijos, solo en esas personas que se pueden quedar sin las tierras o que les matan los animales para que abandonemos el territorio, o si el campesino tiene un pozo de agua se lo llenan de piedras, queman cercos completos, los potreros y titulares y hay que ir y apagarlos. Muchas veces también somos tentadas por los propios titulares, o amenazadas y eso lo hablo con mis hijos, y yo les digo que esto es para que ellos el día de mañana, puedan levantar sus cabezas y digan, mi mamá hizo tal cosa, mi mamá luchó por nuestras tierras”.

Desde Fundación Plurales acompañamos a Lucía Ruíz y a todes les campesines que defienden su territorio. La persecución y criminalización por la defensa del monte y el territorio no nos va a detener. La tierra es para quien la trabaja, habita y defiende.

Tejiendo redes: Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático

En contexto de pandemia y aislamiento social, las redes de trabajo se fortalecen. Transitando la segunda ola y en medio de la incertidumbre y el desconcierto social, renovamos la apuesta al trabajo en equipo, a construir con otres. Así, decidimos continuar con la serie de entrevistas, que comenzamos en 2020, para que puedan conocer los espacios con los que a diario realizamos nuestro labor, sin los cuales todo esto sería imposible.

En este caso, hablamos con Ricardo Bertolino, Director Ejecutivo de la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (RAMCC), una coalición de 225 municipios argentinos que, junto a una secretaría ejecutiva, coordina e impulsa planes estratégicos para hacer frente al cambio climático.

Ricardo cuenta que “la RAMCC se constituyó en noviembre del 2010, en una reunión internacional que realizamos los municipios de Argentina. Los primeros que se animaron fueron dos, la ciudad de Corrientes y la ciudad de Monte Caseros, en Corrientes. Ahí los dos intendentes firmaron la creación de este espacio. El 10 de noviembre es nuestro aniversario, ya cumplimos 10 años”.

El surgimiento de esta red tiene que ver con “las visitas que realizamos a distintos municipios del país para preguntarles qué es lo que hacían con el tema del cambio climático. Comenzamos a acompañar el proceso de involucramiento de la comunidad en cambio climático en los municipios de Llambi Campbell, Venado Tuerto, Monte Caseros y otros más. Luego de todo ese proceso de consulta, los municipios hicimos la reunión internacional en Monte Caseros y ahí surgió la Red”.

Ricardo distingue cuatro patas importantes de la tarea que realizan: el acompañamiento, la capacitación, la implementación y las articulaciones internacionales.

“Nos focalizamos en el acompañamiento a los equipos técnicos municipales en el armado de su plan de acción climática, en ese sentido ya hemos cumplido esta etapa en una gran cantidad de municipios de Argentina. Luego, continuamos en la actualización permanente, los planes se tienen que revalidar o renovar cada dos años, y colocarlos en las plataformas internacionales corregidos”, detalla.

En relación a la capacitación, explica que la realizan para distintos actores sociales, aunque el foco está puesto en el equipo municipal. “Tenemos actividades de capacitación en temas específicos como residuos, gestión del agua, turismo sustentable, eficiencia energética, energías renovables”.

La tercer pata, es la implementación de algunos proyectos que llevan adelante. Sobre eficiencia energética, “tenemos un proyecto de Euroclima para 32 municipalidades, para hacer auditorías energéticas e invertir en fondos para la estructura municipal. Otro proyecto que llevamos adelante, es la Red de Empleos Verdes, un fondo también de la Unión Europea por 3 años, para el armado y fortalecimiento de una red de emprendedores verdes en todo el país”.

Por último, “otro foco importante nuestro es la articulación internacional de las acciones que llevan adelante los municipios y la presencia en alianzas internacionales como el Pacto Mundial de Alcaldes. Hay una gran cantidad de alianzas internacionales en las que participamos y donde hacemos nuestros aportes”.

Nuestro tejido

Fundación Plurales coordina en Argentina el proyecto Acción Climática Participativa: integrando los retos del cambio climático en el Gran Chaco Americano (ACP), perteneciente al programa Euroclima+, y en 2020 celebró un acuerdo con la RAMCC. A partir de julio de ese año, comenzamos a trabajar de manera conjunta con las cuatro localidades que son parte de ACP en Argentina: Olta y Patquía en La Rioja; Las Breñas, Chaco y Villa Tulumba en Córdoba.

“Hemos trabajado juntos en el armado y acompañamiento de Planes Locales de Acción Climática en municipios del Gran Chaco argentino. Los cuatro municipios finalizaron sus planificaciones y se capacitó a los equipos municipales en estas temáticas”, cuenta Ricardo.

En diciembre del año pasado, se realizó el Acto de Presentación de los «Planes Locales de Mitigación y Adaptación al Cambio Climático», y la adhesión a la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático y al Pacto Global de Alcaldes por el Clima y la Energía de los cuatro municipios argentinos.

Actualmente, en este contexto de pandemia, Ricardo plantea que “el desafío es tal vez, hacerle ver a las personas, a las comunidades, que hay muchas cosas que cambiar. Hay que asumir responsabilidades frente a un mundo que va sufriendo las consecuencias de malas decisiones que vamos tomando, y que de a poco nos vamos volviendo más vulnerable en un planeta al que estamos afectando”.