Tejiendo redes: International Land Coalition América Latina
En contexto de pandemia y aislamiento social, las redes de trabajo se fortalecieron. En medio de la incertidumbre y el desconcierto social, renovamos la apuesta al trabajo en equipo, a construir con otres. Así, desde 2020, comenzamos a realizar una serie de entrevistas para visibilizar los espacios con los que a diario realizamos nuestra labor, sin los que todo esto sería posible.
En este caso, hablamos con Zulema Burneo, coordinadora regional para América Latina y el Caribe de la Coalición Internacional para el acceso a la Tierra, ILC por sus siglas en inglés. “Soy peruana, antropóloga y trabajo desde Lima, en dónde se encuentra nuestra oficina regional”, se presenta.
Zulema nos cuenta que la ILC surgió en el marco de una conferencia internacional sobre hambre y pobreza celebrada en Bruselas, Bélgica, el 20 y 21 de noviembre de 1995. Participaron más de mil representantes de la sociedad civil, gobiernos, intergubernamentales y como parte de los resultados y sugerencias de esta conferencia, surgió la idea de conformar una gran alianza entre sociedad civil e intergubernamentales, para luchar contra el hambre y la pobreza. Entonces, “en ese momento se crea la ILC, pero tenía como nombre Coalición Popular para Erradicar el Hambre y la Pobreza. Luego de unos años, en 2013, reconoce que el tema central de esta Coalición era el tema del acceso y los derechos a la Tierra en general, entonces el nombre de hambre y pobreza quedaba muy amplio, y así fue como se le cambia el nombre al que tiene hoy”, cuenta.
Principalmente, la ILC surge como parte de una visión compartida con las organizaciones fundadoras sobre la relevancia del acceso seguro y equitativo y el control sobre la tierra para reducir el hambre y la pobreza. Y la contribución que tienen los derechos a la tierra, en la identidad, la dignidad, la inclusión de las personas que están en situación de vulnerabilidad y que viven de la tierra y en la tierra. «Desde ese momento ha crecido muchísimo, eran 16 organizaciones y ahora somos alrededor de 300 en más de 70 países del mundo”, celebra Zulema.
Cuando le pedimos a Zulema que detalle las tareas que realizan, primero aclara que “en el corazón de nuestro trabajo, está garantizar los derechos seguros y equitativos a la tierra para la población indígena, campesina, agricultores familiares, mujeres y jóvenes rurales, toda la población que vive en y de la tierra” y para eso, “implementamos una diversidad de estrategias”. Lo fundamental es: “Apuntamos siempre a generar un cambio político y en las relaciones de poder, de forma tal que estos sectores de la población tengan voz y puedan sentarse a discutir sobre políticas públicas, a definir sus opciones de desarrollo en condiciones de igualdad con otros actores de los territorios, que tengan voz en espacios de decisión en los gobiernos locales, pero también a nivel nacional. Para eso consideramos central trabajar muy cercanamente con las organizaciones de base de distintos niveles”.
Por un lado, generan información y datos para la acción política. “Pensamos que es central contribuir al trabajo de monitoreo de datos e información de los países y que eso además, contribuye a que los gobiernos rindan cuentas y produzcan información sobre de qué manera están avanzando en el cumplimiento de sus obligaciones, de cara a los derechos de estos sectores de la población con los que trabajamos, a los derechos sobre la Tierra, a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que todos los países están comprometidos en alcanzar”. Las organizaciones de la sociedad civil generan datos, que la ILC llama “datos centrados en las personas”, complementarios que recogen las voces de los territorios.
También, aplican estrategias de incidencia política a todos los niveles, gobiernos locales, políticas nacionales o espacios internacionales de incidencia. “De hecho, tenemos muchos miembros de la ILC que son Agencias de Naciones Unidas que tienen directamente vínculos con los temas de tierra, desarrollo rural y agrícola, como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y el FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola)”.
La ILC trabaja a nivel local, nacional, regional y global, organizaciones de todos estos niveles son miembros y se impulsa fuertemente el empoderamiento de estos espacios, fortaleciendo sus capacidades para el diálogo y la incidencia. Se organizan en plataformas nacionales, regionales y globales, los miembros y aliados se agrupan y conforman alianzas a partir de las cuales desarrollan estrategias que implementa el conjunto. “La ILC apoya el trabajo de los miembros y organizaciones que convergen alrededor de una cantidad de prioridades temáticas que tenemos y que llamamos los 10 compromisos para la gobernanza de la tierra. Para mencionar algunos, los derechos a la tierra para las mujeres rurales, los derechos seguros al territorio para los pueblos indígenas, las medidas contra el acaparamiento de tierras, la defensa y protección de quiénes ejercen defensa de los derechos a la Tierra y al medio ambiente, que son muy criminalizados”.
Los tiempos de pandemia
Sobre la crisis sanitaria mundial que vivimos, “como a todo el mundo, nos agarró de sorpresa pero creo que nos hemos adaptamos bastante rápido a la nueva situación, aprendimos a trabajar con las herramientas virtuales. Los espacios de formación, de encuentro, de diálogo e incluso de incidencia, pasaron a ser virtuales pero no nos detuvimos, más bien, cosechamos algunos aprendizajes que no vamos a dejar aunque acabe la pandemia”.
Zulema se refiere a dos consecuencias de la pandemia que nutrieron la tarea que realizan. Por un lado, “la posibilidad de tener aportes y participación de personas de Centroamérica en un pequeño taller local o regional de Argentina o de Perú. Nuestras reuniones regionales de América Latina por ejemplo, podían contar con la participación de personas de África, de Asia, a través de herramientas virtuales de interacción y con la traducción simultánea. Hay cosas que se pueden aprovechar con la virtualidad y de eso hemos aprendido”.
Por el otro, “la pandemia puso por delante algunos de nuestros temas centrales. Pudimos visibilizar la importancia de, por ejemplo, la agricultura familiar para la alimentación, sobre todo en momentos de crisis dónde hay escasez de alimentos, como era al principio de la pandemia; o la importancia de que los pueblos indígenas puedan controlar sus territorios para protegerse de una situación como el Covid-19, muchos pueblos indígenas pudieron cerrar sus territorios y así se protegieron muchísimo de la entrada y propagación del virus; o el rol de las mujeres y sus conocimientos ancestrales para la alimentación en una situación de salubridad muy compleja, o para curarse o atenderse cuando ya había problemas de afectación por el Covid-19”.
Nuestro tejido
Fundación Plurales es miembro de ILC y de la plataforma de ILC en América Latina y “son un miembro fundamental y muy activo. Conduce, facilita, una parte importante en nuestro plan trienal y nuestra estrategia global”.
Primero, estamos a cargo de liderar la Iniciativa de Tierra y ODS, que hace seguimiento a los ODS vinculados con temas de gobernanza y derechos sobre la Tierra. Para eso, Tierra y ODS coordina con miembros y plataformas de toda la región de América Latina generando información y promoviendo incidencia en los países en donde se recoge la información y a nivel internacional en espacios como el Foro Político de Alto Nivel de Desarrollo Sostenible o el Foro de Desarrollo Sostenible de América Latina, en donde se pone sobre la mesa la situación y el avance de los ODS. “Nuestra tarea es destacar la importancia de los derechos a la Tierra en los ODS y visibilizar su avance o los desafíos que están encontrando los países para poder garantizarlos”.
También, Fundación Plurales está a cargo de coordinar el trabajo de una de las plataformas nacionales que apoya la ILC, ENI Argentina. “La ILC apoya a más de 30 coaliciones nacionales por la tierra y una de ellas está en Argentina. Estas coaliciones son plataformas amplias de miembros y aliados que trabajan en favor de los derechos a la tierra de la población campesina e indígena de sus países. Cada una en temas que son de particular interés en función de cada contexto”.
“Fundación Plurales además participa muy activamente en otras iniciativas. En Semiáridos de América Latina, que tiene foco en la región del Chaco trinacional, nordeste de Brasil y en el corredor seco centroamericano. En la Iniciativa Regional de Mujer Rural, una plataforma regional amplia que trabaja en favor de los derechos de las mujeres a la Tierra”.
Lo que se viene
Ahora, a pesar de que las restricciones de movilidad han cesado, aún la ILC dificultades para los espacios de interaprendizaje y encuentro internacional. “Como somos una red global, tenemos muchos espacios importantes de articulación de los miembros que aún no hemos recuperado, al igual que nuestra participación en espacios internacionales de incidencia. Esperamos recuperar eso poco a poco, de hecho en mayo vamos a tener nuestro postergado Foro Global de la Tierra, que se va a realizar en Jordania, y es nuestro evento trienal más importante como ILC”.
Por último, Zulema Burneo, quiere hacer hincapié en los procesos de reactivación económica post pandemia. “Las economías se vieron fuertemente deprimidas con la pandemia y una estrategia de muchos países de la región es fortalecer las actividades extractivas, agroindustriales, que operan en los territorios donde habitan las poblaciones con las cuales trabajamos, población indígena, campesina, agricultores familiares”. Ella alerta que “si estas actividades se realizan sin los adecuados estándares ambientales y sociales, como antes de la pandemia, suelen vulnerar los derechos de estos grupos de la población. Entonces, desde la ILC estamos muy atentas y atentos en que las reactivaciones de las economías de nuestros países no signifiquen un retroceso en la garantía de los derechos de las poblaciones que viven en la tierra y de la tierra y que garantizan la alimentación de nuestros países, la seguridad alimentaria nacional y el cuidado del medio ambiente. Creo que este es un punto que va continuar siendo clave para la ILC”.