Incendios-Humedales-03

Las resistencias no saben de cuarentena: ley de Humedales YA!

Mientras todes estamos mirando cifras de muertes y contagiades, atentes a cuáles van a ser las próximas medidas en relación al aislamiento social obligatorio en Argentina, los conflictos ambientales siguen y en muchos casos se profundizan. Hace 6 meses que iniciaron los primeros focos de incendios en el delta del Paraná, la contaminación y la destrucción de nuestros bienes naturales no se detiene.

El delta del Paraná es uno de los sistemas de Humedales más importantes de Argentina y uno de los más relevantes de la cuenca del plata. Aloja una gran diversidad biológica y cultural, no sólo por las personas que allí habitan, sino también por las actividades que allí desarrollan.

Para que la pandemia no nos tape los humedales, dialogamos con Valeria Inés Enderle, abogada magíster en Derecho Ambiental y Urbanismo, especialista en Derecho Ambiental y Tutela del Patrimonio Cultural y directora ejecutiva de la Fundación CAUCE: Cultura Ambiental – Causa Ecologista.

Cauce, junto a FARN, Taller Ecologista y Casa Río, es una de las organizaciones que integra el programa Humedales Sin Fronteras, y participó en distintos debates legislativos respecto a la Ley de Humedales y los incendios ocurridos en el Delta del Paraná.

Enderle explica que “a las amenazas que tienen causa en actividades antrópicas y en cuestiones ambientales, se le suma la inoperancia de las autoridades gubernamentales. Lamentablemente estos incendios ya habían sucedido en el año 2008, con una extensión y una magnitud semejante. A partir de dicho suceso, en septiembre de 2008, nació el Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento sostenible del Delta del Paraná (es el que comúnmente conocemos como PIECAS). Este plan fue fruto de un acuerdo entre el Estado Nacional y las Provincias de Entre Ríos, Santa Fé y Buenos Aires. Luego de más de una década desde que este Plan fue creado, la inactividad de estos años a nivel institucional y gubernamental ha implicado que toda la situación socioambiental del Delta se haya visto agravada y sea necesario actuar de manera efectiva y consciente en lo inmediato. De lo contrario, las generaciones futuras no podrán disfrutar del mismo ambiente que estamos haciendo nosotros”.

“En Argentina necesitamos una Ley Nacional de Presupuestos Mínimos, es decir, una norma que sirva de base protectora para todos los humedales de la República y que luego, las provincias puedan complementar con leyes que igualen o superen esa protección, pero nunca disminuirla”, continúa.

A la falta de una Ley Nacional de Presupuestos Mínimos de protección de Humedales se le suma la ausencia de este plan integral y estratégico definido por las 3 provincias y las jurisdicción nacional.

Le consultamos las razones por las cuales necesitamos una Ley Nacional de Humedales: “Por que son ecosistemas que tienen un gran valor biológico de lo social, desde lo cultural, lo económico que hoy no tienen una protección jurídica uniforme a nivel nacional. Existen en algunas provincias unas leyes aisladas que los protegen pero no tenemos una Ley a nivel nacional. Lógicamente las presiones que existen sobre estos tipos de ecosistemas implica que necesariamente debe existir una norma que regule los usos y las actividades que se encuentren permitidas y prohibidas en este tipo de ecosistemas para que no sigan dañándolos de manera irreversible. Estos deben ser inventariados, el territorio debe ser ordenado y también se deben disponer los recursos económicos necesarios y suficientes para ejecutar las acciones de conservación”.

La abogada exige una Ley que contenga una definición clara de lo que es un “humedal”; una autoridad de aplicación que sea la máxima autoridad ambiental del país y que pueda promover una implementación efectiva de los presupuestos mínimos que contenga la norma; que se finalice la tarea de inventario de humedales aunque la vigencia de la Ley no deba depender de la finalización del mismo; generar el ordenamiento territorial que va a ser la labor de las provincias y en función de lo que contenga la norma de presupuestos mínimos va a tener que ser el resultado de ese ordenamiento territorial; que no sea un proceso estrictamente científico, tecnocrático, sino un procedimiento abierto, inclusivo de las personas que habitan y protegen ese tipo de ecosistemas; que la norma contemple los modos y medios de vida, así como los conocimientos tradicionales, saberes locales, patrimonio cultural tangible e intangible de estos territorios y la existencia de un fondo nacional de los humedales.

“Necesitamos que esta Ley parta de una visión ecocéntrica, es decir, que los humedales sean protegidos por sí mismos, y no por la función que cumplen para los seres humanos. También es preciso que se reflejan algunos principios rectores como son: el principio preventivo, precautorio, el principio de no regresión, de equidad intergeneracional, que sea una Ley que promueva la transparencia en el acceso a la información, la participación amplia y efectiva de la ciudadanía, principalmente de las personas que habitan los humedales. Que exista una perspectiva de derechos en cuanto al acceso a la tierra, un enfoque de género”, detalla.

Actualmente existen cinco proyectos en la cámara de diputados de la Nación y tres proyectos en la cámara de Senadores. “Los mayores desafíos a los que se enfrenta la Ley es en primer lugar, encontrar un consenso para poder definir un texto, sea en diputados o senadores: lo ideal sería que ambas cámaras puedan definir un único texto y así tratarlo. Por otro lado, existe una gran presión de determinados sectores, no solamente el agropecuario, sino el inmobiliario y el minero. Por lo tanto, dependerá de la real voluntad de los legisladores y legisladoras para poder superar estos escollos y así poder tener una Ley que sea la mejor para la protección y conservación de los Humedales que existen en nuestro país”.

Para concluir, la directora de la Fundación CAUCE, repasa que “en las últimas décadas y en la actualidad, este ecosistema ha sufrido distintas amenazas que implican graves daños que si no son reparados en lo inmediato, podrán ser irreversibles. Uno de ellos tiene que ver con el avance del extractivismo, las actividades agropecuarias que se desarrollan en la región, el avance de los desarrollos inmobiliarios, la evasión de terrenos, terraplenes, endicamientos, grandes obras de infraestructura, la extracción minera intensiva principalmente relacionada con las arenas silíceas para el fracking. A lo que se suman cuestiones ambientales referidas a la pampeanización y al cambio climático principalmente. En este último tiempo, desde febrero venimos denunciando con otras organizaciones de la sociedad civil, la ocurrencia de incendios que han afectado más de 300mil hectáreas de humedales”.

Desde Fundación Plurales nos sumamos al pedido #LeyDeHumedalesYa.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta