Ruta de Aprendizaje: aprender haciendo

Según el Informe Ruta de Aprendizaje: Mujeres y acceso a Recursos Naturales. Agua y Tierra, “la Ruta de Aprendizaje es una metodología de capacitación de carácter vivencial, que contempla espacios de intercambio de conocimientos, prácticas y reflexión sobre los temas de interés de sus participantes”. Puntualmente en esta publicación, que Fundación Plurales realizó para la Plataforma de Defensoras Ambientales, como parte de una serie de informes que elaboró con el apoyo de RITIMO (red de información y documentación para la solidaridad y el desarrollo sostenible de Francia), Unión Europea, Both Ends, IUCN-NL y la International Land Coalition, hace referencia a conclusiones de Defensoras Ambientales argentinas, bolivianas y paraguayas.

En el marco del fortalecimiento de Grupos de Defensoras Ambientales (GDAs), Fundación Plurales aplica, desde hace muchos años, “La Ruta de Aprendizaje”, utilizando la técnica “Learning by doing”- “Aprender haciendo”.

Conocimos esta metodología, participando de Rutas de Aprendizaje ejecutadas por PROCASUR, organización global especializada en la gestión de conocimiento para la innovación rural en África y América Latina. El objetivo de este método es perfeccionar y fortalecer las capacidades para liderar la gestión del conocimiento con resultados concretos aplicados a nuevas iniciativas y políticas de desarrollo rural, compartiendo experiencias.

La intención es que la Ruta fomente las capacidades creativas e innovadoras de las mujeres para que lideren en sus comunidades el desarrollo de experiencias similares a las conocidas durante toda la actividad.

En este sentido, es necesario destacar que no solo las experiencias locales que se visitan tienen un gran valor de réplica y escalabilidad, sino que todas las mujeres participantes cuentan con saberes y prácticas absolutamente válidas para compartir y difundir. Por esto, se buscó que la Ruta resignifique a sus participantes y experiencias como territorios de conocimiento.

Estos espacios son pensados como una herramienta para fortalecer las capacidades de los GDAs en estrategias de incidencia en políticas públicas, afianzando alianzas con nuevos actores, y contribuyendo al cumplimiento de los derechos de las mujeres. Para las mujeres que participan, el conocer las experiencias de otras organizaciones es muy enriquecedor.

Un objetivo importante de la Ruta es generar redes entre las organizaciones de mujeres defensoras ambientales y planificar estrategias de incidencia en el marco de la Defensa de los Derechos Humanos.

¿Por qué es importante la Ruta de Aprendizaje?

Para las defensoras, la Ruta se relaciona con cuestiones esenciales y trascendentales, aquello que nos guía y que está siempre presente como el sol, el agua, la mujer, la vida, la articulación buscando y tejiendo redes, la incorporación de conocimiento a través del intercambio, y la generación de espacios de esperanza ante las situaciones de amenaza y luchas que llevan adelante.

Aquello que buscamos en relación al encuentro es sumar mujeres y entrelazarnos para empoderarnos; que la ruta de aprendizaje sea continua en el tiempo y se fortalezca; lograr intercambios de saberes e integración entre los distintos grupos; fortalecer la trama de la red; generar nuevos aprendizajes sobre derechos; movilizar y reivindicar saberes y sabidurías de las acciones y vivencias compartidas; queremos lograr mayor libertad, mayor acceso a derechos.

El encuentro en pandemia

Durante 2021, en el marco del Proyecto Fortalecimiento de Grupos de Defensoras de Derechos Humanos y Ambientales (GDDHA) de Argentina y Paraguay en acceso a derechos y frente al cambio climático, realizamos un total de 6 encuentros en Argentina con la participación de 62 mujeres. Los mismos fueron realizados con apoyo de la Unión Europea y la Embajada de Canadá en Argentina.

Dadas las condiciones sanitarias del país y la inestabilidad del contexto en cuanto a circulación, para asegurar encuentros en contextos cuidados, se definió revisar la estrategia y no realizar un encuentro presencial general, sino por microespacios territoriales. Esta estrategia aseguró mayor número de participantes, al realizar las actividades en varias provincias al mismo tiempo, se garantizo la participación de todas las organizaciones y se sumaron nuevas. Si bien no era lo pensado en un inicio, nos dio muy buen resultado porque generó lazos de confianza y redes de cooperación entre organizaciones de provincias cercanas.

En estos encuentros presenciales se abordaron temas relacionados con el Cambio Climático y sus efectos y las soluciones climáticas justas en términos de género. En Santa Fe participaron 12 defensoras ambientales; Misiones y Formosa, el encuentro se realizó en Buenos Aires, 10 mujeres; La Rioja 8; Jujuy 10; Santiago del Estero 10 y Córdoba 16.

Las estrategias compartidas fueron el fortalecimiento de la red de defensoras ambientales, comunicar y visibilizar colectivamente las problemáticas ambientales, estrategias de cuidado del agua (protección de vertientes), creación de un banco de semillas nativas, producción de plantas nativas, capacitación en prevención de incendios y agendas de acciones conjuntas entre las organizaciones con cercanía territorial y problemáticas comunes.

Los encuentros posibilitaron visitar a las organizaciones y profundizar el contacto en contextos tan restrictivos. Fueron muy necesarios para ellas y muy potentes en relación a estrategias compartidas. Sabemos que, ¡juntas podemos cambiar al mundo!

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